Este jardín pertenece al género porterensis. Detrás de eĺ hay una persona enfundada en mono azul, que pasa mucho tiempo en portales umbríos, pero que desarrolla todo su potencial y habilidades al aire libre, en el cuidado del jardín de la comunidad donde mora.
Fue nuestra fotógrafa de referencia, Bego Solís, quien se encontró
con este jardín y con Andrés, el portero de la comunidad.
Frente al portal de esta comunidad de vecinos se encuentra el jardín más decimonónico o conservador: Líneas rectas, setos que rodean la valla a su misma altura, un cuadrado perfecto en el que se domina a la naturaleza.
Pero a veces hay que mirar la parte de atrás del espejo para conocer otras realidades. Así que Bego miró a los ojos de Andrés e intuyó que el hombre porterensis podría sorprenderle rompiendo líneas y buscando la belleza del desorden.
Andrés también buscaba una mirada cómplice, así que con un gesto invitó a Bego al jardín de la puerta de atrás, donde verduras, frutales y plantas se expanden por caminos menos geométricos.